Friday, August 11, 2006

Ya no te quiero

Dos personas: un hombre y una mujer. El hombre está sentado y tiene un periódico o un libro abierto, que está leyendo pausadamente. La mujer se encuentra de pie, detrás del hombre; se ve triste y lucha consigo misma, dándose valor para poder expresar sus sentimientos. Finalmente se decide.

ELLA: (Voz apagada) Ya no te quiero
ÉL: ¿Cómo dices?
ELLA: Que ya no te quiero.
ÉL: ¿Estás realmente segura de eso?
ELLA: ¡Claro! Si no, no te lo diría.
ÉL: No estás hablando en serio.
ELLA: Nunca he hablado más en serio.
ÉL: Pues el caso es que yo no te creo, necesito alguna prueba. No puedes estar tan segura
ELLA: ¿Prueba? ¡¿Qué prueba?!
ÉL: No sé… algo. ¿Por qué dices que ya no me quieres?
ELLA: (Rápido) Ya no siento ansiedad por verte cada día.
ÉL: ¡Toma! Ni yo; pero eso es natural después de cuatro años. Lo contrario sería muy raro.
ELLA: Ya bueno, pero… es que nunca pienso en ti cuando estás lejos.
ÉL: ¿Y te crees que yo sí? Oye, ya no somos los críos que éramos antes. Nuestra relación cambia, evoluciona… ahora no necesitamos estar pensando el uno en el otro cada minuto.
ELLA: (Confundida) Si… eso es cierto… pero… (De pronto) ¡Ya lo tengo, ya lo tengo! (Se acerca a ÉL, coge su mano y se la pasa por el rostro, acariciándose lentamente) ¿Ves? Hace tiempo que, cuando nos tocamos, no siento nada… es como tocar un mueble, me deja indiferente.
ÉL: ¡Pero es que a mí me pasa lo mismo! ¿No te das cuenta de que todas esas cosas son fruto de tantos años? Lo nuestro ha llegado a otro nivel, un nivel mucho más… (reflexionando) independiente.

ELLA: (Histérica, mirando hacia otro lado) ¡Tus ojos!
ÉL: ¿Cómo dices?
ELLA: Tus ojos no me atrapan como lo hacían al principio, ya no siento caer en un torbellino cada vez que me miras, ya no se me vacía el alma cuando te siento observándome… (le mira) ya no.
ÉL: ¡Vaya tontería! A mí eso no me ha pasado nunca. Me parece incluso positivo que haya desaparecido semejante efecto, de lo contrario sería un verdadero caos. No podría mirarte sin sentirme culpable. ¿No se te ocurre algo con más sentido?
ELLA: ¿Sentido? ¡Sentido! Sentido es lo que perdía cuando te miraba pasar a lo lejos, sentido es lo que me arrebataban tus palabras, sentido es lo que desaparecía cuando toda mi vida giraba a tu alrededor. (Despectiva) Sentido... Sentido es lo que he recobrado después de tanto tiempo y que, para tener espacio, ha hecho que desaparezcas de mi corazón.
ÉL: (Se queda alucinado, mirando al frente un buen rato sin decir palabra) Esto… ¿seguro que no has tomado nada? (Ella hace amago de irse, él la retiene con la palabra) Espera, no quería que sonara así pero estás sacando las cosas de quicio. ¿Es posible que no te des cuenta, de que hemos pasado a tener una relación seria? Y con tanto tiempo que nos ha costado… ¿No ves que esas cursiladas se han quedado atrás? Nuestros sentimientos han madurado con nosotros y no necesitan de tantos artilugios románticos para florecer. El aburrimiento cotidiano, la rutina en la cama, las conversaciones superficiales… todo eso que no aprecias es la evolución natural de nuestro mutuo amor ¡Sí, amor! Hoy en día la gente no va por ahí escribiéndose poemas y cantando serenatas bajo los balcones. ¿Y eso significa que no haya amor? ¡No! Lo que sucede es que el mundo progresa, y nosotros con él. Los sentimientos deben racionalizarse para que arraiguen en el alma y no dejarse fluir a lo loco, libre y desordenadamente. El nuevo milenio requiere un nuevo amor ¿No lo ves?
ELLA: No, no quiero creer que el amor se haya convertido en un producto más de esos que venden en los supermercados. Necesito amar con todo mi ser, no con mi cerebro solamente. Necesito volcarme y mezclarme con otra persona que comparta mi dicha y mis pesares, que me susurre en el oído y me acaricie sólo porque quiere hacerlo. Eso que dices es horrible y tiene que ser mentira ¿me oyes? ¡mentira! (le mira largamente, casi con lástima) Déjame enseñarte a amar. Un amor de verdad, del que se siente con el corazón y no con el cerebro. Un amor sin contaminar, puro y sencillo. Puedes aprender.
ÉL: Lo que dices no es... coherente.
ELLA: (Mientras, ÉL estará mirando al frente, sin mover ni un músculo, asimilando todo este parlamento de ELLA de una forma absolutamente cerebral) Estás atrapado en un mundo gris y decadente. Deja que ilumine tus sueños con los colores de la pasión. Ábrete a ti mismo y libérate de una vez por todas, siente como yo y como volverán a sentir todos los seres una vez se desprendan de la fría lógica y de la aburrida rutina. Mirar juntos un amanecer, contemplarnos sin hablar, tenernos cerca sólo por sentir el calor del otro, hacer el amor a cualquier hora, escribirnos cartas desesperadas sólo porque hace más de diez minutos que no nos vemos. Amar. Sólo eso.
ÉL: (hierático) Sólo eso.
ELLA: Sí.

(PAUSA, Ella mira su perfil taciturno y pensativo. Gradualmente, se ilumina su rostro de ternura)

ELLA: (Con todo el alma) Te quiero.
(Pequeña pausa)
ÉL: Yo no.

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